Tras comprometerse a servir a toda su vida a los británicos, como lo hizo su madre Isabel II, el rey Carlos III nombró a su hijo mayor, Guillermo, que tuvo con Lady Di, como príncipe de Gales, responsabilidad que tuvo el nuevo monarca por más de cinco décadas.
En su primer mensaje a la nación, después de la muerte de la reina Isabel II, el rey Carlos III se comprometió a servir como lo hizo su madre, y mantener las obligaciones y principios constitucionales.