Noruega tomó la decisión inédita de prohibir la cría de dos razas caninas, a causa de los sufrimientos que experimentan debido a las peculiaridades que los hacen atractivos, como el cráneo pequeño o el hocico muy aplanado.
En un juicio que dio mucho que hablar, el tribunal de Oslo prohibió la cría del bulldog inglés y del Cavalier King Charles Spaniel porque experimentan sufrimientos incompatibles con la ley de protección de los animales. A fuerza de endogamia y consanguinidad, las dos razas desarrollaron enfermedades hereditarias en casi todos los individuos, o en la totalidad.
El veredicto, saludado por los militantes de la causa animal y criticado por los criadores, tiene como tela de fondo un debate que aumenta en el mundo sobre la búsqueda de atractivos en la crianza de animales que afectan su bienestar.
Perro de imagen patibularia, pero dulce, especialmente popularizado en el dibujo animado Titi y Grosminet y asociado al espíritu de resistencia inglés durante la Segunda Guerra Mundial, el bulldog acumula las dificultades respiratorias a causa del hocico aplanado, y también debido a problemas dermatológicos, reproductivos y ortopédicos. Más de la mitad de esos perros nacidos en los últimos diez años en Noruega llegaron al mundo por cesárea.
En cuanto al Cavalier King Charles que se ganó el corazón de muchos personajes famosos de la historia, como Luis XIV, Ronald Reagan y Sylvester Stallone, su constitución hace que a menudo sean propensos a sufrir dolores de cabeza porque sus cráneos son demasiado pequeños, y tienden a sufrir fallos cardíacos y a tener problemas oculares.
Para Roaldset, la insuficiencia de diversidad genética a escala mundial lleva a esas razas hacia la extinción. “Y eso será muy doloroso para los animales, pues tendrán cada vez más enfermedades”.