En 2020, la NASA confirmó que había agua en la Luna. Esto después de un análisis de dos años, así lo publicó un estudio en Nature Astronomy . El hallazgo fue posible gracias al observatorio aerotransportado SOFIA de la NASA, y este descubrimiento indica que el agua se puede distribuir por la superficie lunar, y no se limita a lugares fríos y sombreados.
SOFIA detectó moléculas de agua (H2O) en el cráter Clavius, uno de los cráteres más grandes visibles desde la Tierra, ubicado en el hemisferio sur de la Luna.
Las observaciones anteriores de la superficie de la Luna detectaron alguna forma de hidrógeno, pero no pudieron distinguir entre el agua y su pariente químico cercano, el hidroxilo (OH).