Un equipo internacional de investigadores ha reconstruido la evolución del calentamiento del océano Ártico y ha constatado que las aguas de este frágil ecosistema llevan calentándose desde principios del siglo pasado, varias décadas antes de lo que sugerían los registros.
El estudio, publicado en Science Advances, concluye que el Ártico se ha ido calentando debido a la entrada de agua más caliente del océano Atlántico, un fenómeno conocido como Atlantificación.
Los autores descubrieron que el océano Ártico comenzó a calentarse rápidamente a principios del siglo pasado a medida que las aguas más cálidas y saladas fluían desde el Atlántico y que este cambio probablemente empezó antes del calentamiento documentado en las últimas décadas.
Desde 1900, la temperatura del océano ha aumentado aproximadamente 2 grados centígrados, mientras que el hielo marino ha retrocedido y la salinidad ha aumentado.
A medida que el océano Ártico se calienta, el hielo polar se derrite, sube el nivel global del mar y se derrite el permafrost, que almacena enormes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero mucho más dañino que el dióxido de carbono.