· Todo comenzó hace más de 70 años, en 1949, cuando Hermann Gmeiner fundó la primera Aldea Infantil SOS en Imst, Austria, para brindar un nuevo hogar a los niños y niñas que habían perdido el cuidado de sus familias a causa de la Segunda Guerra Mundial.
· En 1971, gracias al Dr. Manuel Mateos Fournier, con apoyo de Hermann Gmeiner y muchas personas de gran corazón, pudo construirse la primera Aldea Infantil SOS, ubicada en las inmediaciones de la Basílica de Guadalupe en la zona de la Villa.
· En los últimos 10 años, Aldeas Infantiles SOS en México ha logrado la autosuficiencia de más de 1000 ex participantes, así como el fortalecimiento familiar de más de 9 mil personas.
Aldeas Infantiles SOS cumple 50 años en México protegiendo a la infancia de nuestro país y esta labor no ha sido fácil, pues mientras ha trabajado en restituir y defender un derecho que es sumamente importante: El derecho de las niñas, niños y adolescentes a vivir en familia; ha sido testigo de la necesidad de incrementar y mejorar los cuidados alternativos que existen en nuestro país, informó este día en conferencia de prensa, Diana Rosales Espinosa, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS.
Rosales Espinosa, destacó que como organización de Aldeas Infantiles SOS se cuentan con objetivos de desarrollo sostenible como lo son: el trabajo para el fin de la pobreza, salud, equidad de género, crecimiento económico, reducir las inequidades, acciones para el cuidado del clima, paz, justicia y alianzas para cumplir tres de los objetivos, que son: asegurar que más niños tengan un hogar, ser una de las organizaciones líder más grande en el cuidado de la niñez y salvaguardar los derechos de nuestras Niñas, Niños, Adolescentes y Jóvenes en nuestras acciones diarias, para ello necesitamos el apoyo de la sociedad civil, gobierno y organizaciones.
Diana Rosales, dijo por lo anterior, ¿qué pasaría si organizaciones de la sociedad civil que protegen derechos tan fundamentales como este desaparecieran? La pasada jornada electoral comprobó la invisibilidad de la niñez en la agenda pública y sobre todo de aquella que ha perdido el cuidado de su familia. De las 170 iniciativas que involucraban directamente a la niñez, solo una estaba enfocada en el derecho de las niñas y niños a vivir en familia.
Por su parte, Daniela Cervantes, Coordinadora Nacional de Abogacía de Aldeas Infantiles SOS, apuntó que la Convención de los Derechos del Niño establece que la familia es el espacio fundamental donde reciben la protección y asistencia necesaria en un ambiente de cariño, amor y comprensión, ¿cómo es que trabajar para que cada niña y niño crezca en entorno familiar y protector, no es prioridad? Naturalmente, diversas organizaciones, empresas y sociedad civil en general, colaboran por el derecho de los niños a recibir educación, salud y alimentación, sin embargo, faltan más actores que desarrollen y brinden cuidados alternativos para la niñez, ofreciendo así, soluciones diferentes a la institucionalización.
Hoy en día, miles de niños han perdido o se encuentran en riesgo de perder el cuidado familiar por diferentes razones como la violencia, trabajo infantil, desplazamiento forzado, desamparo por COVID-19, entre muchas otras. Todas estas situaciones son diferentes y complicadas, por eso es importante que las alternativas del cuidado sean diversas y puedan atender las necesidades de cada niña, niño o adolescente en particular. Entendiendo como cuidados alternativos a los entornos idóneos y necesarios para brindar atención a niñas, niños y adolescentes que han perdido el cuidado familiar o se encuentran en riesgo de hacerlo, un entorno en el que se sientan apoyados, protegidos, cuidados y que promuevan todo su potencial.
Según el censo del 2020, en México viven más de 64 mil personas de 0 a 19 años de edad en centros de alojamiento de asistencia social. El 56% de esta población son hombres y 44% son mujeres. En su mayoría son adolescentes y jóvenes de 15 a 19 años, ya que representan el 40% de estas personas. Y particularmente, dentro de esta clasificación de centros de alojamiento se encuentran las casas hogares para menores de edad, donde 22,742 niñas, niños, adolescentes y jóvenes residen actualmente. Además, es importante mencionar que más de 9 mil niñas, niños y adolescentes que viven en estas casas, registran un tiempo de estancia de tres años o más; y el 9% de estas personas de 6 a 17 años no asisten a la escuela.[1]
Se han dirigido múltiples acciones para brindar acogimientos residenciales como una alternativa excepcional y temporal por parte del Estado. Si bien la acción de albergar niños y niñas se ha planteado como una acción de protección excepcional y provisional por parte del Estado, la falta de seguimiento a los casos y las crecientes problemáticas sociales han hecho que cada día existan más niñas y niños en albergues, lo cual pone en riesgo su desarrollo físico, socioemocional y cognitivo. Cada año que se encuentran institucionalizados conlleva un retraso en su desarrollo, dificultades para la independencia, en algunos casos puede conllevar al exceso de mediación. [2]
De modo que, el Estado debe promover, incentivar, la inversión a acciones colectivas dirigidas hacia la gradual desinstitucionalización que considere la prevención de la separación y el fortalecimiento familiar, así como la diversificación y ampliación de las opciones de las alternativas de cuidado.
En el caso de los albergues para migrantes, existen 230 espacios donde el 34% de la población usuaria son niñas, niños, adolescentes y jóvenes de 0 a 19 años. De cada 10 albergues de este tipo, 3 no cuentan con servicios médicos, 2 no cuentan con servicios de alimentos (al menos dos al día) y 1 no cuenta con camas. [3]
Por eso y de acuerdo a los datos anteriores, podemos decir que México no ha podido garantizar un cuidado alternativo de calidad. A pesar de que existen numerosos esfuerzos para promover el derecho a vivir en familia, aún queda pendiente la operación de una estrategia transversal e integral con enfoque de derechos humanos que garantice el interés superior de los niños, niñas y adolescentes que han perdido el cuidado parental o se encuentran en riesgo a hacerlo.
“Aldeas Infantiles SOS en México cuenta con diversas experiencias que podrían ser referencia para la construcción de un modelo de cuidado alternativo de alta calidad. A través de los programas de Fortalecimiento Familiar, prevenimos la pérdida de cuidado familiar. Cuando detectamos familias en situación vulnerable, implementamos planes de desarrollo, fortaleciendo su capacidad de cuidado, por medio de proyectos productivos y gestionando servicios o apoyos de la mano del Sistema de protección y otras instituciones. En nuestros programas de cuidado alternativo de tipo familiar. Contamos con un proceso de derivación sólido que permite la coordinación con autoridades del Sistema de Protección desde el momento de la derivación, seguimiento y egreso de los niños, niñas y adolescentes. Promovemos la gestión de caso como el método integral de análisis e implementamos planes de desarrollo individual. Asimismo, hemos diseñado una metodología para abordar procesos de reintegración familiar y otra para fortalecer procesos de vida independiente en adolescentes y jóvenes, con énfasis en su desarrollo educativo, capacitación, empleabilidad y/o emprendimiento”- señaló Diana Rosales, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS México.
El testimonio de María Luisa es un ejemplo del cuidado alternativo de calidad que Aldeas Infantiles SOS puede brindar. Ella tenía 32 años cuando comenzó a trabajar en una Aldea Infantil SOS. Con el acompañamiento, apoyo y consejos de otras Mamás o Cuidadoras SOS, decidió ser responsable de una Familia SOS y recibió a un grupo de diez hermanos biológicos, eran tres niñas y siete niños.
Dean el menor de ellos tenía casi un año de edad y era quién más la necesitaba. Cuando todos llegaron a su casa, ella supo que su amor hacia ellos sería incondicional y ese día se convirtió en una mamá.
“Cuando yo los vi sentí algo muy especial, es como si ya los conociera, no lo puedo explicar, ese día se robaron mi corazón y se convirtieron en mi familia”– Luisa.
La primera noche en su casa, ella no pudo dormir bien por estar al pendiente de cómo estaban sus hijos, se preguntaba si tenían miedo o si se sentían tristes, muchas preguntas resonaban en su cabeza, pero ella sabía que solo necesitaba mostrarles afecto, darles cuidados y amor para que sanaran sus heridas y su mirada recobrara la alegría que todo niño debe tener.
Y así fue, el amor fue la clave para que sus hijos pudieran vivir una infancia feliz en un hogar cálido como lo fue la Aldea de Huehuetoca donde vivieron más de 12 años, ahí festejaron cumpleaños, vivieron momentos difíciles y tristes que superaron unidos como familia. Después soñaron con vivir juntos fuera de ahí y formar su propio hogar.
Desde hace tres años, Luisa y sus diez hijos viven en Veracruz como una familia social, esta decisión surge cuando la mayoría de ellos ya habían egresado de la organización para emprender su vida independiente. Aunque para Luisa y sus hijos fue muy triste dejar la Aldea, porque ese fue el lugar donde se conocieron y se convirtieron en una familia, se sienten dichosos de poder vivir como cualquier otra familia, porque siguen teniendo un hogar lleno de respeto, amor y cuidado.
Aldeas Infantiles SOS busca que existan más casos de éxito como el de la familia de Maria Luisa, para que más niñas y niños crezcan con el amor y protección que merecen, por eso le preocupa y ocupa que la falta de colaboración y desarrollo en cuidados alternativos para la niñez, no sea un tema de agenda política a la cual se le dé prioridad, a pesar de que cada día más niños y niñas pierden el cuidado de sus familias.
Acerca de Aldeas Infantiles SOS México.
Aldeas Infantiles SOS es una organización internacional con presencia en más de 136 países. Desde hace 70 años en el mundo y 50 años en México, previene que los niños y niñas pierdan el cuidado de sus padres y cuando esto no es posible, brinda entornos familias y protectores.