Cáncer de mama y anticonceptivos: un nuevo estudio revela cómo se puede distorsionar la ciencia

Mientras la desinformación sobre la salud de las mujeres se propaga más rápido que nunca, médicos dicen que una nueva investigación sobre los riesgos de los anticonceptivos hormonales pone en evidencia los desafíos de comunicar con matices en la era de las redes sociales.

El extenso estudio, realizado en Suecia, siguió a más de 2 millones de adolescentes y mujeres menores de 50 años durante más de una década. Los resultados muestran que, en general, los anticonceptivos hormonales son seguros. Sin embargo, también se identificaron pequeñas diferencias en el riesgo de cáncer de mama según los tipos de hormonas utilizadas en la composición. Además, se observó un leve aumento a corto plazo en los diagnósticos de cáncer de mama entre quienes ya los usaban o llevaban poco tiempo usando anticonceptivos.

Estos hallazgos coinciden con estudios anteriores, como un análisis danés publicado en 2017 y un metaanálisis de 2023 (Un metaanálisis en medicina es una técnica estadística que combina los resultados de múltiples estudios independientes para obtener una conclusión más precisa y robusta sobre un tema específico).

El estudio fue publicado en línea el 30 de octubre en JAMA Oncology.

Los médicos aseguran que los resultados no modificarán las recomendaciones actuales y que las mujeres no deberían dejar de usar sus anticonceptivos.

Aun así, en TikTok circulan advertencias basadas en hechos no concluyentes que afirman de manera falsa que los anticonceptivos causan cáncer y que son tan peligrosos como fumar. Defensores de la salud reproductiva advierten que investigaciones como esta pueden fácilmente sacarse de contexto en las redes sociales y resumirse en una cifra alarmante.

Un ejemplo: el estudio reportó que las mujeres que habían usado anticonceptivos hormonales presentaban una tasa de cáncer de mama aproximadamente 24% más alta que quienes nunca los habían usado. Pero debido a que el cáncer de mama sigue siendo poco común en mujeres jóvenes, ese porcentaje representa un aumento de aproximadamente 54 a 67 casos por cada 100.000 mujeres al año: es decir, alrededor de 13 casos adicionales por cada 100.000 mujeres, o un caso adicional por cada 7.800 usuarias de anticonceptivos hormonales al año.

Las autoras del estudio, Åsa Johansson y Fatemeh Hadizadeh, epidemiólogas de la Universidad de Uppsala, explicaron que el aumento es leve y temporal, con un riesgo más alto durante el uso que disminuye entre cinco y diez años después de suspenderlo.

Rachel Fey, co-CEO interina de Power to Decide (organización que tiene como misión brindar información precisa sobre salud sexual y métodos anticonceptivos), afirmó que ese tipo de matices suelen perderse en redes sociales.

“Esto me enoja mucho porque está diseñado para asustar a personas como yo y alejarnos de los anticonceptivos, que han mejorado mi vida de muchas maneras”, dijo. “Es muy frustrante… especialmente cuando se presenta sin contexto. Y en esta era de redes sociales, ese contenido puede viralizarse sin que alguien con conocimiento lo ponga en perspectiva”.

El estudio también encontró que el riesgo era ligeramente mayor con ciertos progestágenos, como el desogestrel —presente en anticonceptivos orales combinados como Cyred EQ, Reclipsen, Azurette y Pimtrea—, pero no aumentaba con otros, como las inyecciones de acetato de medroxiprogesterona, que se venden bajo la marca Depo Provera.

Cómo interpretar los hallazgos

Algunos expertos advierten que los resultados deben analizarse con cautela, ya que el estudio contabilizó tanto casos de cáncer de mama invasivo como lesiones tempranas no invasivas conocidas como tumores in situ, crecimientos que pueden no llegar a ser peligrosos para la vida. Incluir estos casos precancerosos podría hacer que el riesgo total de una enfermedad clínicamente importante parezca más alto de lo que realmente es.

“Una proporción considerable de los ‘casos’ nunca habría evolucionado hacia un cáncer de mama invasivo”, explicó Lina S. Mørch, investigadora principal y líder de equipo en el Instituto del Cáncer de Dinamarca, quien no participó en el estudio sueco. Agregó que sería conveniente esperar más datos que distingan entre cánceres en etapa temprana y avanzada antes de emitir nuevas recomendaciones sobre hormonas específicas.

La charla médico-paciente

Aunque los científicos debaten sobre cómo interpretar ciertos detalles del estudio, los médicos enfatizan que, para la mayoría de los pacientes, este estudio refuerza lo que ya suelen conversar en consulta: que los anticonceptivos hormonales son en general seguros y que las decisiones deben basarse en las necesidades y valores de cada mujer.

Katharine White, jefa de Obstetricia y Ginecología del Centro Médico de Boston, dijo que este estudio no cambiará la manera en que aconseja a sus pacientes.

“Cuando oriento a mis pacientes sobre las opciones anticonceptivas, me enfoco en sus experiencias previas, su historial médico y lo que es importante para ellas respecto a su método de anticoncepción y la planificación del embarazo (si aplica)”, escribió en un correo electrónico. “Los efectos secundarios y riesgos ya son parte clave de la información que brindo sobre métodos hormonales y no hormonales”.

Otros médicos también señalaron que existen opciones sin hormonas.

Eleanor Bimla Schwarz, jefa de Medicina Interna en el Hospital General Zuckerberg San Francisco, dijo que “para quienes prefieren métodos anticonceptivos sin hormonas, el DIU de cobre ofrece una opción segura, conveniente y altamente efectiva por más de una década, y puede retirarse fácilmente si se desea un embarazo”, refiriéndose a un tipo de dispositivo intrauterino de larga duración.

Mary Rosser, directora de Salud Integral de la Mujer en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, opinó que este fue un estudio amplio y de alta calidad que analizó muchos tipos de hormonas durante varios años. Pero también dijo que aún no se deben cambiar las recomendaciones médicas.

Johansson y Hadizadeh destacaron que los resultados deben servir para una toma de decisiones compartida, no para generar alarma. “Puede ser razonable considerar formulaciones asociadas con un riesgo más bajo según nuestros datos”, señalaron.

Indicaron que los productos con acetato de medroxiprogesterona, drospirenona o levonorgestrel se vincularon con un menor riesgo, mientras que podría ser mejor evitar el uso prolongado de anticonceptivos que solo contienen desogestrel, si hay otras opciones adecuadas.

Poner el riesgo en perspectiva

Los anticonceptivos hormonales ofrecen muchos beneficios para la salud más allá de prevenir embarazos. Pueden reducir el sangrado menstrual abundante, aliviar el dolor causado por la endometriosis y disminuir el riesgo de cáncer de ovario y útero incluso años después de suspenderlos. Mørch indicó que hasta los riesgos pequeños deben discutirse, pero que las decisiones deben basarse en los “valores y preferencias” de cada mujer.

GD

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