La descomposición social, el avance del crimen organizado, la amenaza sobre los productores, la toma de carreteras, la falta de infraestructura, el problema estructural que vive Michoacán, no es nuevo y con la presidenta Claudia Sheinbaum, contaría 4 presidentes, que al menos en la intención buscan mejorar las condiciones de vida de los michoacanos.
En la historia reciente, fue Felipe Calderón, que creó su Operativo Conjunto Michoacán, algunos lo llamaron la Guerra de Calderón, en ese entonces también hubo un despliegue del ejército, casi 12,000 elementos y los objetivos eran desmantelar el crimen organizado, eliminar los plantíos y regresar la paz al estado, después de ese fracaso, Enrique Peña Nieto, lanzó el Plan Michoacán, no podía retomar la Guerra de Calderón y se enfocó a la reconstrucción del tejido social con programas de empleo, apoyos emprendedores, educación, infraestructura, buscando prevenir en lugar de combatir la violencia con más violencia, se centró principalmente en Lázaro Cárdenas, Uruapan, Apatzingán y Morelia, sin embargo la burocracia y la falta de resultados evidenciaron su mala implementación.
López Obrador, después de cancelar la zona económica especial proyectada para Lázaro Cárdenas, lanzó el Plan de Apoyo a Michoacán, enfocado ahora en dos municipios, únicamente Uruapan y Morelia con el objetivo de reforzar la seguridad, por medio de programas sociales, infraestructura hospitalaria, apoyo a productores y federalizar la nómina de magisterial, al evaluar los objetivos, vemos el fracaso en uno de los municipios de enfoque “Uruapan”, además de que no está federalizada la nómina y los índices delictivos, no bajaron en la entidad.
Ahora, con la presidenta Sheinbaum, y el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, retoma el despliegue de 10,000 elementos de las fuerzas federales, una bolsa de 57,000 millones de pesos con apoyo a más de 10,000 pequeños productores, infraestructura carretera, inteligencia y la presencia de la federación en la entidad.
Sin duda su momento los cuatro planes han tenido la intención de mejorar el estado, sin embargo, al hablar de cuatro planes y al menos tres de ellos con fracasos evidentes, nos hace cuestionarnos si la política reaccionaria y personalista que tenemos en México, sirve para los objetivos del país.
Me refiero a que seguramente estaríamos mejor, si Enrique Peña Nieto hubiera mejorado el Plan de Calderón y no eliminarlo para reemplazarlo por el suyo, igual que López Obrador “mejorar las mejoras” que hubiera hecho Peña Nieto al de Calderón y no reemplazarlo.
Asimismo, si la presidenta el pasado domingo le hubiera podido dar continuidad a un plan lanzado hace 19 años y mejorado por 3 presidentes, por supuesto con mejoras de cada uno de los presidentes, hablaríamos de continuidad y no de estar iniciando por cuarta vez un plan para devolver la paz a un estado.
Esta vez Michoacán, convulsionado por el asesinato del alcalde Carlos Manzo en este Plan Michoacán, la presidenta pone gran parte de su capital político, porque la medición será evidente, en si devuelve o no la paz a las carreteras y el territorio michoacano, una apuesta grande, sin duda donde, por supuesto, deseo que tenga éxito por el bien de todos.
Sin embargo, no perdamos de vista esa soberbia política, donde en todos los rubros, no nada más en los planes para el Estado, cuando llega un nuevo dirigente, se enfoca en desprestigiar y eliminar todo lo que huela al anterior, sin tomar en cuenta que sería más económico y funcional, simplemente adecuar el lugar de eliminar.
POSDATA:
“… nada está escrito, la aparición de Grecia Quiroz, amenaza con mover el tablero político …”
Es tiempo de los ciudadanos …. ¡¡¡¡ de continuidad!!!!
Abelardo Pérez Estrada
Empresario, Analista, Expresidente CANACINTRA
JZ
