La tragedia en la tienda Waldo’s del centro de Hermosillo tiene rostros, nombres y familias. A dos días de la explosión y el incendio que cobraron la vida de 23 personas, entre ellas niñas y niños, la comunidad identifica a sus muertos mientras las autoridades mantienen sin publicar la lista oficial de víctimas fatales, solo informó la identidad de los lesionados. Hasta la noche del domingo, de las 23 víctimas, dos continuaba en el Servicio Médico Forense sin ser identificados por sus familias.
Desde redes sociales, amigos y familiares han dado a conocer quiénes no regresaron a casa tras acudir al establecimiento la tarde del 1 de noviembre. Entre ellos están Zelma Adilene Quintero Rojas, enfermera originaria de Empalme, y sus hijos Danna y Rafael; así como María del Carmen Aguilar, empleada estatal de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano (Sidur), y la joven pareja del municipio de Baviácora, Guadalupe Córdova y Jesús Murrieta.
También se confirmó el fallecimiento de Karla Cota Aguilar y sus hijos José de Jesús y Diego Eleazar, residentes del poblado Miguel Alemán al poniente de Hermosillo; Julio César Salas y María Guadalupe Pérez; y Joana Hernández, quien era cajera de la tienda. A la lista se suma Francisca Guadalupe con sus hijos Alejandro y Guadalupe, ella presuntamente se encontraba embarazada; así como Joaquín Ortiz, trabajador de una tintorería, y su esposa María Luz Tánori.
La tragedia alcanzó también a Edith Villa y su hija Corina, y al subgerente del establecimiento, Marcos González, conocido cariñosamente como “Marquitos” por sus compañeros. Su muerte fue confirmada por colegas del gremio de promotores, quienes expresaron consternación y mensajes de despedida.
Hasta este lunes, la Fiscalía de Sonora informó que continúa el proceso de identificación forense y entrega de cuerpos a las familias, mientras peritos recaban evidencia para determinar el origen del estallido y las condiciones internas del negocio. La lista oficial de lesionados y fallecidos sigue sin difundirse por las autoridades, en medio de la exigencia ciudadana por transparencia y atención adecuada a los heridos, de los cuales varios permanecen hospitalizados.
La explosión e incendio ocurridos el 1 de noviembre en la sucursal Waldo’s del centro de la ciudad han causado uno de los episodios más letales en un establecimiento comercial en la historia reciente de Hermosillo, dejando en duelo a comunidades enteras y a familias que, en muchos casos, perdieron a más de un integrante.
Mientras avanza la investigación y se espera información precisa de las autoridades, la sociedad hermosillense continúa reuniéndose en funerales y homenajes improvisados para despedir a las víctimas, cuyos nombres y vidas comienzan a reconstruirse en la memoria colectiva de la ciudad.
GD
