PESE A LOS reclamos, las histerias y las obsesiones patológicas, por todos lados se tuvo que reconocer que la presidenta Claudia Sheinbaum trabaja muy junto de la población.
CLARO QUE NO es la costumbre, desde hace mucho –no hay memoria reciente para ello–, quien estuviera a cargo del gobierno federal no debía ir, en caso de los desastres naturales, al lugar de los hechos; tenían prohibido llenarse los zapatos de fango, de escuchar en vivo la desgracia de los afectados, de ser solidarios.
PARA BIEN, SIN duda, las cosas, desde la Presidencia de la República, han cambiado. No en todos los lugares, no con todos los gobernadores, pero sí en el Zócalo, cosa que aún no se entiende y que se hizo patente tanto en Puebla como, principalmente, en Veracruz.
LA PRESIDENTA LO escuchó en vivo. Los reclamos contra la gobernadora Rocío Nahle caían con igual o más fuerza que la lluvia que destruyó sus casas. La inconformidad era producto del descuido, la incompetencia y la insensibilidad de quien dice gobernar el estado y que, como quedó en evidencia, ya no tiene el apoyo de la gente, que esta vez estalló con gritos de angustia y reclamo en la cara de la misma Rocío Nahle, quien de todas formas se mostraba indiferente.
Y ES QUE desde todas partes se lanzó la advertencia, lo saben los veracruzanos, que las lluvias que se presentarían no serían las habituales y ahí en esas zonas llueve fuerte. Entonces, algo más tendría que hacerse desde los gobiernos de Veracruz y de Puebla, pero como ya es costumbre, los gobernadores no se movieron.
PERO ESO, QUE fue muy grave, no resulta lo peor. Ya con la desgracia encima la gobernadora de Veracruz y el gobernador de Puebla seguían inactivos. Tuvo que llegar la Presidenta para que los funcionarios representaran una farsa de trabajo que no tuvo eco entre la gente que protestó frente a la misma Sheinbaum.
SE PUEDE DECIR lo que se quiera de la actuación de quienes deberían estar al pendiente de este tipo de fenómenos que afectan a la gente, pero para entenderlo bien estos gobernantes han cometido una traición a los mandatos de la 4T, y por ello se han hecho merecedores del rechazo de la gente. Por eso decimos que se trata de una traición que no debe quedar impune.
NO TOCAMOS EN este caso al gobernante del PAN en Querétaro, al que también le tocó lo suyo por parte de la población, porque se trata de un panista y todos sabemos qué significa, en términos reales, ser azul.
LA DESGRACIA, DE todas formas, puso en evidencia una forma de desgobierno que se tiene desde la era neoliberal, en la que los gobernadores se dedicaban a hacer negocios propios, aunque la población se ahogara en desdichas.
ESO TIENE QUE acabar de una forma u otra y la Presidenta, que tuvo que salir no sólo a mostrar solidaridad con la gente, sino a realizar el trabajo que corresponde a los gobernantes, deberá tomar cartas, las que le correspondan por ley y como figura sobresaliente de Morena, para cambiar el cauce de ese río de mal gobierno que se padece, con y sin lluvias, en muchas entidades del país, pregunte si no en el estado de México.
QUE NADIE LO dude, los jueces del premio Nobel de la Paz, sí le dieron el galardón a Trump, es decir, con lo hecho le dieron permiso para atacar a Venezuela y no precisamente a las lanchas que, según él, transportaban droga. No, se trata de realizar una invasión.
DE ESO SE trata el Nobel de la Paz, de apoyar a la oposición venezolana de ultraderecha, de darle permiso a Trump para descargar su furia y colmar sus intereses en el país con más petróleo del mundo. ¿Verdad que sí lo premiaron?