La FIFA sigue puliendo detalles de la Finalissima, el duelo entre los campeones en vigor de la Eurocopa y de la Copa América, España y Argentina.
Con Doha elegida como sede y el estadio Lusail como escenario, la fecha prevista era el 28 de marzo. Sin embargo, la FIFA prefiere ahora que el partido —al que desea otorgarle una identidad de gran evento— se juegue un día antes, el viernes 27. Todo lo que rodee a ese partido (la llegada de los equipos, los entrenamientos, las ruedas de prensa…) quiere la FIFA que tenga el ambiente propio de una gran final.
Todo queda pendiente de que España certifique su clasificación directa para el Mundial, porque, en caso de tener que ir a la repesca, la opción de marzo quedaría anulada. Esa posibilidad parece remota y solo se haría realidad si España no ganara a Georgia en Tiflis y luego cayera ante Turquía en Sevilla.
Con ese escenario, la Federación trabaja ahora para cerrar un segundo partido en la ventana de marzo. La idea que más encaja es la de disputar un amistoso en Doha o en algún país cercano, aprovechando el viaje. El acuerdo entre las selecciones y la UEFA, en el marco de los derechos televisivos, contempla diez partidos por temporada —dos en cada ventana—, por lo que resulta obligatorio disputar ese segundo encuentro para no quedar en deuda.
Ahí está la opción de la Qatar de Lopetegui, pero hasta que no pase el sorteo del Mundial, el día 5 de diciembre en Washington, no se avanzará en ese terreno.
Este lunes, la selección rodará los anuncios con la segunda camiseta, la blanca, que será con la que se dispute la Finalissima. Adidas estrenará en marzo las segundas equipaciones de sus equipos. En Doha, Argentina jugará de negro.
GD
