Los Blancos de Troya, célula delictiva vinculada a Rigoberto “N”, detenido el pasado 21 de octubre por el asesinato del líder citricultor Bernardo Bravo en Michoacán, consolidó una red de extorsión que les permitió obtener ingresos de actividades como la minería, la venta de cigarros, pollo y hasta cerveza.
Informes de la Sedena y la Guardia Nacional, filtrados por el grupo de hackers Guacamaya en 2022, describen una amplia variedad de negocios relacionados con el grupo criminal liderado por César Alejandro Sepúlveda Arellano, alias El Bótox, aliado de Los Viagras y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Comunicaciones interceptadas en diciembre de 2021 indican que, en ese momento, El Bótox controlaba la venta de dos toneladas de pollo diarias en los municipios de Buenavista y Apatzingán. El capo incluso ofreció “brindar seguridad” a los cargamentos, asegurando que tenía “amigos” en la Policía Ministerial de Morelia que podían escoltarlos hasta Apatzingán.
Otros informes, fechados entre 2021 y 2022, señalan que Los Blancos de Troya, además de cobrar cuotas a productores y transportistas de limón, también controlaban la venta de cigarros en comunidades, extorsionaban al sector minero y tenían poder sobre la comercialización de materiales reciclables como fierro, cobre, aluminio, PET y vidrio. Los documentos apuntan que incluso el exalcalde del municipio de Buenavista, el morenista Sergio Báez Gutiérrez, aprobó entregar a los criminales el control del basurero municipal.
El grupo liderado por El Bótox también administraba la venta de cerveza en localidades de Apatzingán, donde determinaban quiénes serían los únicos distribuidores locales, a cambio del pago de una cuota. En enero de 2022, miembros del grupo criminal ordenaron instalar un filtro en San Juan de los Plátanos para incautar toda la cerveza que no estuviera destinada a los distribuidores que ellos designaron.
Diez años de Los Blancos de Troya
De acuerdo con la publicación Violencia y Paz: diagnósticos y propuestas para México, elaborada por el Senado de la República en 2017, Los Blancos de Troya se conformaron en 2015 como resultado de la fragmentación de grupos de autodefensa integrados por civiles armados que se organizaron inicialmente en Michoacán para vigilar las zonas donde habitaban.
Rigoberto “N”, detenido por el asesinato de Bernardo Bravo, aparece en un reporte filtrado en Guacamaya Leaks junto con sus hermanos Ignacio y José Cruz López Mendoza. Se les identifica como integrantes de las autodefensas al servicio de Adalberto Fructuoso Comparán Rodríguez, líder de Los Viagras y exalcalde de Aguililla.
En 2023, Comparán fue condenado a 10 años de cárcel en Estados Unidos por un cargamento de metanfetamina incautado en Miami. Tras su detención en Guatemala, en 2021, el Ministerio Público de ese país aseguró que Comparán Rodríguez era líder de los Cárteles Unidos, una asociación de grupos criminales inicialmente conformada por Los Blancos de Troya, Los Viagras, la Nueva Familia Michoacana y remanentes de otras células delictivas, como Los Caballeros Templarios.
La alianza, según reportes de inteligencia de la Guardia Nacional e informes de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), surgió en respuesta al avance del CJNG en Michoacán. Ambos grupos se disputaron durante años el control de las extorsiones a comerciantes y agricultores de la región. Los Blancos de Troya, bajo el liderazgo de Alejandro Sepúlveda, jugaron un papel clave en la movilización de la población para realizar protestas y bloqueos carreteros que buscaban impedir el avance del cártel jalisciense.
Un informe de la Sedena señala que el 26 de diciembre de 2020, cerca de 20 personas, en su mayoría mujeres y niños, habitantes de la localidad de El Terrero, en el municipio de Buenavista, protestaron para exigir mayor seguridad en su comunidad. Los asistentes fueron identificados por los militares como parte de la “base social” de Alejandro Sepúlveda Álvarez, conocido como El Jando o La Fresa.
La familia Sepúlveda ha dirigido a Los Blancos de Troya desde su fundación. En la cúspide de la estructura criminal se encuentra César Alejandro Sepúlveda Arellano, alias El Bótox, quien fue detenido en 2018 por su presunta relación con el asesinato de un exalcalde interino de Buenavista. Sin embargo, sólo permaneció un año y diez meses en prisión, pues fue liberado por un juez local en junio de 2020.
Pese a ello, en los últimos años las autoridades han comenzado a golpear el círculo cercano del capo. En octubre de 2023 fue detenido su hijo, César Alejandro Sepúlveda Valencia. En febrero de 2025 cayó su yerno, Gerardo “N”, aliasLa Silla, junto con Joana “S”.
En julio fue capturado Cirilo “N”, alias El Capi, hermano de El Bótox y considerado su segundo al mando. Días después, fue detenido El Talibán, su “mano derecha” y responsable de extorsiones y asesinatos en Tierra Caliente. Finalmente, el 1 de octubre de 2025, cayó Ramiro M. E., alias El Fabuloso.
En agosto pasado, la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos sancionó a El Bótox por su posición dentro de los Cárteles Unidos. Actualmente, Los Blancos de Troya han dejado atrás su histórica rivalidad con el CJNG para formar una alianza que ha recrudecido las extorsiones contra los productores de limón en Michoacán.
JZ
