La billetera de los mexicanos se ha vuelto cada vez más ligera, ahora hay más plástico en ellas.
De acuerdo con el número 18 del Boletín de análisis económico de la Escuela de Negocios ITESO (ENI), aunque aún hay brechas por superar, sobre todo en los estados menos desarrollados, México está transitando a depender cada vez menos del efectivo y adoptando con fuerza los pagos electrónicos, desde terminales en punto de venta hasta el comercio en línea.
“Estamos viendo un cambio de patrón en las operaciones: la gente ya no usa la tarjeta para sacar efectivo y luego comprar, sino que paga directamente con ella, incluso en el comercio electrónico”, explicó Mireya Pasillas, académica de la ENI y responsable editorial del boletín. Este viraje, subrayó, no solo refleja comodidad para el usuario, también abre oportunidades para una mayor transparencia y recaudación fiscal.
Las cifras confirman lo anterior: entre 2006 y 2025, las tarjetas de débito pasaron de 45 millones a más de 200 millones, mientras que las de crédito de 19 a 45 millones. En términos per cápita, México pasó de 0.42 tarjetas de débito y 0.18 de crédito por habitante en 2006 a 1.51 y 0.34, respectivamente, en 2025. “Estos datos reflejan una mayor inclusión financiera, aunque con crecimiento más marcado de los instrumentos de débito, asociados directamente al acceso a cuentas de nómina y ahorro”, se menciona en el documento.
El uso cotidiano también cambió: las operaciones en terminales de punto de venta crecieron más de mil por ciento, pasando de 130 millones por trimestre en 2006 a más de mil 519 millones en 2025. En contraste, las operaciones en cajeros se han mantenido casi estables –entre 270 y 288 millones por trimestre–.
El comercio electrónico, que en 2015 apenas registraba 10.2 millones de operaciones por trimestre, en 2025 superó los 388 millones: un crecimiento cercano a 3 mil 700 por ciento.
“Por primera vez, el e-commerce superó al uso de cajeros automáticos. Eso confirma que los mexicanos estamos adoptando la digitalización como un hábito cotidiano”, apuntó Pasillas.
El crecimiento ha sido acompañado por la expansión de la banca digital: de 4.2 millones de usuarios en 2005 a casi 87 millones en 2025. Hoy, prácticamente todos los clientes bancarios utilizan aplicaciones móviles: “Es un cambio que también reduce costos a los bancos, porque requieren menos sucursales físicas, aunque tiene el lado negativo de la pérdida de empleos tradicionales en el sector financiero (…). Todavía falta mucho para alcanzar a Europa, donde ya prácticamente no se usa efectivo. Pero vamos en esa dirección”, añadió la académica.
El avance, sin embargo, no es homogéneo. Mientras Ciudad de México cuenta con 222 terminales por cada 10 mil habitantes y Baja California Sur con 214, estados como Chiapas, Oaxaca, Tlaxcala y Guerrero apenas suman entre 28 y 38. Jalisco se ubica ligeramente por encima del promedio nacional con cien.
“Las brechas son muy marcadas: la Ciudad de México tiene más de siete veces la cobertura de Oaxaca. Esto implica que la política pública debe enfocarse en digitalizar a las entidades rezagadas, de lo contrario la inclusión financiera seguirá siendo desigual”, señaló Pasillas.
Jalisco tiene exportaciones en auge
Mientras el país se adapta a la economía digital, Jalisco celebra un récord histórico. En el segundo trimestre de 2025, la entidad exportó 10 mil 249.5 millones de dólares, lo que significa un crecimiento anual de 40.9 por ciento, el mayor desde que se tiene registro.
Este repunte colocó a Jalisco en el quinto lugar nacional en exportaciones, superando por primera vez a Guanajuato y Tamaulipas, y se consolidó como el estado no fronterizo con más exportaciones.
El motor de este desempeño fue sobre todo la industria electrónica: la fabricación de equipo de cómputo, comunicación y componentes creció 82.9 por ciento en el trimestre y representó 64.4 por ciento de las exportaciones del estado. También aportaron la industria del plástico y del hule, con un aumento de 33.6 por ciento. En contraste, la agricultura, la industria alimentaria y las bebidas enfrentaron caídas.
“Gracias a la electrónica, Jalisco está creciendo a tasas históricas, aunque esto también implica una menor diversificación. Dependemos cada vez más de un sector, lo que puede ser un riesgo en el futuro”, explicó Pasillas.
El boletín advierte sobre las tensiones en el mercado laboral: la población económicamente activa cayó en 273 mil personas en un año y la informalidad aumentó, mientras que se perdieron más de 400 mil empleos formales: “El Producto Interno Bruto (PIB) sigue creciendo, pero el empleo formal se está precarizando. La informalidad funciona como válvula de escape, pero refleja la fragilidad estructural del mercado laboral”, señaló la académica de la ENI.
GD