Alzheimer: la ciencia da pasos firmes para frenar su avance

El Alzheimer se ha convertido en una de las afecciones neurodegenerativas más frecuentes y preocupantes ya que compromete la memoria, las funciones cognitivas y la independencia de quienes lo padecen.

El diagnóstico precoz
Cabe destacar que el Alzheimer es la forma más común de demencia y representa entre un 60% y 70% de los casos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por un lado, se han desarrollado análisis de sangre capaces de detectar la enfermedad de forma temprana, incluso antes de que aparezcan los síntomas. Estos permiten detectar marcadores vinculados al Alzheimer, como la proteína pTau217, con una precisión comparable a pruebas de imagen más costosas. Además, se han desarrollado test rápidos para identificar factores genéticos de riesgo, como la variante APOE4. Detectar la enfermedad antes de los síntomas es clave para que los tratamientos puedan actuar a tiempo.


Lo que se sabe:
En el ámbito terapéutico, fármacos como lecanemab y donanemab han mostrado la capacidad de frenar el avance del deterioro cognitivo en personas que se encuentran en fases iniciales de la enfermedad. Paralelamente, se están desarrollando líneas de investigación que incluyen el empleo de células madre, métodos de estimulación cerebral no invasiva e incluso medicamentos originalmente diseñados para tratar la diabetes y la obesidad, están arrojando resultados alentadores en la preservación de áreas relacionadas con la memoria y el lenguaje.

Los ensayos que se centran en terapias con células madre, están orientadas a disminuir la inflamación cerebral y preservar la salud de las neuronas. Los que exploran técnicas de estimulación magnética no invasiva evidencian un impacto positivo al retrasar el deterioro cognitivo.

«La llegada de los fármacos modificadores del curso de la enfermedad abre una vía prometedora para abordar la enfermedad de Alzheimer. Actualmente, 164 ensayos clínicos evalúan 127 medicamentos relacionados con esta enfermedad», según sostiene la Fundación Pasqual Maragall.

A pesar de estos progresos, los retos siguen siendo enormes. La seguridad de los tratamientos, sus altos costos y la necesidad de diagnósticos cada vez más accesibles son barreras que aún deben superarse.

Lo que se espera:
El Alzheimer sigue siendo una enfermedad sin cura, pero los últimos avances ofrecen motivos para la esperanza. Lo que hace apenas unos años parecía inalcanzable —frenar el avance de la enfermedad— hoy empieza a ser una posibilidad real en el horizonte científico.

El reto sigue siendo grande: mejorar la seguridad de estos tratamientos, hacerlos accesibles y combinarlos con hábitos de vida saludables. Pero por primera vez, la ciencia parece estar encontrando caminos reales para frenar —aunque sea un poco— el avance del Alzheimer.

GD

leave a reply