Miocardiopatía hipertrófica, la enfermedad hereditaria del corazón más común; se transmite de padres a hijos

Muchas veces, ignoramos los pequeños avisos que el corazón nos da: un desmayo, dolor en el pecho, palpitaciones o falta de aire al hacer ejercicio, cuando en realidad podrían ser señales de alguna enfermedad hereditaria como la miocardiopatía hipertrófica (MCH).

De acuerdo con la Dra. Patricia Villalobos, especialista del Área de Enfermedades y Medicamentos Innovadores de Bristol Myers Squibb (BMS) México, la MCH afecta a aproximadamente a 1 de cada 500 personas en el mundo y se caracteriza por una mutación genética que engrosa el músculo cardiaco, lo que puede provocar complicaciones como fibrilación auricular, insuficiencia cardiaca y muerte súbita (aquella que ocurre de forma repentina o inesperada).

Comentó que esta condición suele aparecer en adultos jóvenes. Sin embargo, muchos desconocen que la tienen porque pueden permanecer sin presentar síntomas durante gran parte de su vida, de ahí que solo entre el 10% y 20% de los casos sean diagnosticados clínicamente.

La herencia es clave: “Los descendientes de pacientes con miocardiopatía hipertrófica tienen más probabilidad de desarrollarla. En las familias donde está presente, se transmite de padres a hijos sin saltar generaciones. Esto significa que cada hijo o hija tiene 50% de probabilidades de heredarla”. Por eso, en el marco del Día Mundial del Corazón, que se conmemora cada 29 de septiembre, la doctora señaló la importancia de conocer dicha condición para fomentar el diagnóstico oportuno que lleve a un tratamiento adecuado.

En ese sentido, hizo un llamado a los mexicanos a no ignorar las señales de alerta y acudir con un médico cardiólogo, especialista en afecciones cardiacas, sobre todo si tienen los síntomas descritos, antecedentes familiares de MCH o de muerte súbita.

“La detección temprana, realizada mediante uno o varios estudios que pueden incluir el ecocardiograma (uso de ondas sonoras para observar si el músculo cardiaco tiene un grosor inusual) y la maniobra de Valsalva (técnica no invasiva que consiste en retener la respiración, cerrando nariz y boca, y forzar la salida de aire sin dejarlo escapar), ofrece la posibilidad de proteger su salud y la de sus seres queridos”, destacó.

La especialista también explicó que existen dos tipos de miocardiopatía hipertrófica: la no obstructiva y la obstructiva (MCHo). Esta última es la más común, en la que el agrandamiento del músculo cardiaco bloquea o reduce el flujo de sangre. Esto puede provocar cambios en el sistema eléctrico del corazón, causando arritmias (ritmos cardiacos irregulares) y otras complicaciones que ponen en peligro la vida.

Si bien la miocardiopatía hipertrófica no tiene cura, sí es posible tratarla. Hoy, se cuenta con diferentes alternativas terapéuticas: cirugía, desfibriladores implantables, destrucción de las áreas engrosadas del corazón con alcohol y medicamentos como los llamados inhibidores dela miosina cardiaca, diseñados específicamente para reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida en adultos con miocardiopatía hipertrófica obstructiva.

“Estos medicamentos representan un cambio de paradigma porque no solo tratan los síntomas, sino que actúan sobre la causa que origina la obstrucción. Aunque aún no están disponibles en México, seguro ofrecerán nuevas esperanzas en el manejo de la MCHo. Por ahora, lo más importante es atender a tiempo a los padres, hermanos e hijos de las personas que han sido diagnosticadas con esta condición para minimizar riesgos y prevenir desenlaces fatales”, agregó la Dra. Patricia Villalobos.

Por su parte, la Asociación de Pacientes de Corazón A.C. (PACO) recordó que la información es poder. “Comunicar el diagnóstico y llevar a los familiares a revisiones con el médico cardiólogo para facilitar su evaluación, sin duda es un acto de amor”, dijo Omar De Jesús Ruíz, director ejecutivo de esta organización dedicada a brindar acompañamiento a pacientes con enfermedades cardiovasculares.

“En países como México –agregó– es frecuente que la gente asocie los problemas cardiacos con el estrés, la edad avanzada u otros padecimientos, lo que lleva a jóvenes y adultos a subestimar los síntomas”. P

GD

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