El ministro de la Defensa venezolano, general Vladimir Padrino López, calificó como “una guerra no declarada” la escalada de amenazas y agresiones que ha efectuado Estados Unidos contra Venezuela a partir del despliegue militar en el Caribe sur iniciado hace cinco semanas.
Padrino resaltó el hecho de que “personas, siendo o no narcotraficantes, han sido ajusticiadas en el mar Caribe, sin derecho a la defensa”. Criticó esta forma criminal de abordar situaciones de seguridad por parte de los militares estadunidenses: “Con tanta tecnología y tanto poder, y no estar en capacidad de interceptar una embarcación en los espacios acuáticos del mar Caribe”, subrayó.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó en dos ocasiones, el 2 y el 15 de septiembre, que militares estadunidenses, bajo sus órdenes, habían bombardeado pequeñas embarcaciones que supuestamente trasladaban droga desde Venezuela hacia Estados Unidos.
El magnate republicano celebró los asesinatos desde el aire de todos los tripulantes de los botes. Hasta el día de hoy, la administración Trump no ha presentado ni una prueba de que en esos barcos hubiera droga, ni que se dirigieran a Estados Unidos, ni la identidad de las personas asesinadas.
Durante un balance de los tres días de ejercicios militares Caribe 200, que movilizaron artillería naval, aérea y terrestre, el general Padrino López llamó al resto de las naciones a estar atentas de lo que ocurre con Venezuela, ya que el comportamiento de Estados Unidos respecto a la república bolivariana sentará un mal precedente en el escenario internacional.
“Esta situación contra Venezuela debe poner las barbas en remojo del resto de las naciones, sean aliadas o no lo sean”, señaló.
Caracas hizo un llamado al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que se exija el cese inmediato de las acciones militares de Estados Unidos en el mar Caribe.
El embajador Alexander Yánez expuso cómo el asedio contra su país ha escalado de las sanciones y el bloque económico hacia un plano más peligroso: el despliegue militar en el Caribe de fuerzas navales, aéreas y terrestres estadunidenses, que incluyen un submarino nuclear. “Estas acciones, que configuran una violación flagrante de la carta de la ONU, amenazan gravemente la estabilidad hemisférica y ponen en peligro los derechos humanos del pueblo venezolano y de la región”, aseveró.
En esta misma línea, el fiscal general de Venezuela, Tarek W. Saab, exigió a todos los organismos internacionales que velan por los derechos humanos, y especialmente a las instancias de Naciones Unidas pertinentes, que investiguen las masacres cometidas por Washington contra embarcaciones venezolanas en alta mar.
“El uso de misiles y armas nucleares para asesinar serialmente a indefensos pescadores en una pequeña lancha son crímenes de lesa humanidad que deben ser investigados por la ONU”, expuso.
Pero Venezuela no se queda solo en la denuncia de la amenaza. También ha desplegado su capacidad castrense dentro de su territorio con ejercicios militares y entrenamiento de los voluntarios registrados en la Milicia Nacional Bolivariana.
El fin de semana pasado, los alistados visitaron más de 300 instalaciones militares distribuidas en todo el territorio para recibir adiestramiento en técnicas de combate y manejo de armas. Este sábado y domingo, la movilización será en sentido opuesto: los militares saldrán de los cuarteles y visitarán los 5 mil 336 circuitos comunales para realizar ejercicios de defensa junto al pueblo.
JZ