La historia de Max Star, gladiador del Consejo Mundial de Lucha Libre, es una prueba más de que el deporte puede cambiar vidas.
Con tan sólo 13 años de edad, el hoy esteta profesional ignoró el vandalismo y los vicios que acechaban a diario su andar por las calles de su natal Chimalhuacán, enfocando toda su energía en cumplir su sueño, el de ser luchador profesional.
La ahora joven estrella, quien vio a su padre en los encordados de arenas pequeñas de la zona cuando era niño y soñaba con encabezar carteleras, compartió la forma en que pudo alejarse de los problemas de la mano del pancracio, disciplina que le salvó la vida.
“La lucha libre me ayudó a salir de las calles. Vengo de un municipio muy peligroso como Chimalhuacán —en el Estado de México—, en el que se da de todo: vicios, vandalismo. Creo que el deporte me rescató e hizo que me enfocara. Fue una excelente decisión. Hoy me estoy posicionando para ser una nueva cara del Consejo Mundial de Lucha Libre”, mencionó en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
Max Star, quien ha tenido la oportunidad, gracias a su talento en el cuadrilátero, de viajar por varias partes del país y también del mundo, lanzó un mensaje a los jóvenes para ignorar las críticas, incluso del entorno más cercano, y enfocarse en alcanzar sus metas.
“El mensaje para los jóvenes de mi municipio y de todo el país es que se olviden de las malas compañías y que se enfoquen en cumplir sus sueños. Hay gente que me decía que no lo iba a lograr, pero les callé la boca y me dediqué a lo que más amaba”, resaltó.
JZ