Con 61 votos a favor, uno en contra y cero abstenciones, el Congreso de la Ciudad de México aprobó en lo general y en lo particular las reformas a la Ley de Protección y Bienestar Animal y para la celebración de Espectáculos Públicos de la Ciudad de México con lo que se da fin a la fiesta brava y se da paso a los espectáculos taurinos sin violencia.
Abucheos de los toreros, empresarios y aficionados llegaron hasta el lobby del recinto de Donceles y Allende a donde no pudieron ingresar a pesar de que minutos después de las seis de la mañana exigían ser escuchados.
En empujones quedó el intento de algunos de los manifestantes por ingresar a las 8:49 de la mañana, que solo endureció el cerco de decenas de elementos policiacos que se apersonaron con escudos y cascos.
El presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador de la bancada del Partido Verde Ecologista, Jesús Sesma, presentó ante el pleno reservas al dictamen que aprobó la Comisión de Puntos Constitucionales e Iniciativas Ciudadanas para que en el artículo 25 de la ley de protección de bienestar animal se eliminara la frase sin violencia, con el objetivo de que no se entendiera que estaban permitidas las corridas de toros con violencia.
Además, se modificó el tiempo máximo de actuación para cada toro o novillo en el espectáculo taurino sin violencia que pasó de 10 minutos a 15, con un límite de seis ejemplares por evento. Así como que el toro regrese a la ganadería o a su propietario.
El acuerdo de los coordinadores de todos los partidos y asociaciones representadas en el congreso local también incluyó reformas de las fracciones al artículo cuarto y 48 ter, ambos de la ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en la Ciudad de México, con el objeto de establecer con mayor claridad que las acciones de las personas toreras y personas rejoneadoras, serán siempre “sin causarle lesiones o la muerte al animal”, además de prohibir expresamente el uso del “rejón”, el cual debe estar incluido dentro de objetos punzantes que provocan heridas, lesiones o la muerte del toro o novillo.