La Antártida es hoy el continente helado. Su cubierta de hielo se extiende por cientos de miles de kilómetros cuadrados y dispone de una diversidad natural única. No obstante, el hielo del polo sur no siempre ha estado ahí y en momentos prehistóricos albergaba animales peligrosos como las aves del terror. Sin embargo, hoy la pérdida de hielo es un tema que preocupa mucho a los científicos.
En un nuevo estudio publicado en la revista académica Geophysical Research Letters se ha podido comprobar que la reciente pérdida de masa de hielo en la Antártida es debida absolutamente al cambio climático. El aumento de las temperaturas ha hecho que este ecosistema que se ha mantenido en su mayor parte virgen esté entrando en una fase crítica. Así lo han confirmado los análisis.
Uno de los puntos en los que los científicos más se han fijado en este último año es en la aparición de pequeñas plantas en las islas cercanas a la Antártida y del hielo de color rojo. Dos aspectos que muestran hasta qué punto la situación es preocupante para el continente helado.
Volviendo a la pérdida de hielo que ha padecido el polo sur los científicos lo tienen claro que ha sido por el cambio climatico y el efecto invernadero. Sin embargo, han querido matizar algunas cuestiones. De acuerdo con los estudios la Antártida suele perder cada 2.000 años una importante masa de hielo. El problema es que con las temperaturas más altas este proceso es mucho más probable que antes. He aquí la cuestión importante.
Caroline Holmes, coautora miembro del British Antártico Survey, ha hecho un comunicado resumiendo los puntos más importantes de su investigación: El fuerte cambio climático (es decir, los cambios de temperatura que ya estamos viendo y los que se esperan si las emisiones continúan aumentando rápidamente) en los modelos hace que sea cuatro veces más probable que veamos una disminución tan grande en la extensión del hielo marino. Esto sugiere que la temperatura extrema de 2023 se debió al cambio climático.
Con los datos encima de la mesa queda claro que la regulación de las emisiones contaminantes a la atmósfera debe controlarse cuanto antes. Algo que parece que por fin está pasando, ya que las energías renovables se están convirtiendo en el principal combustible de las sociedades modernas.
De acuerdo con los últimos análisis, los investigadores han llegado a la conclusión de que entre 1978 y 2015 el hielo de la Antártida creció de manera constante, aunque lentamente. No obstante, a partir de 2017 empezó a disminuir hasta la actualidad. 2023 fue el año más caluroso registrado hasta el momento.
La conclusión es evidente, si no queremos ver la Antártida sin hielo dentro de unas décadas, habrá que seguir poniéndose las pilas para paliar la situación en la que vivimos. El cambio climático es el gran reto de la humanidad en este siglo y esperamos poder superarlo, aunque sea con dificultad. En nuestras manos está hacerlo.
baf 11:16