Trabajan por comprender mejor la neurodiversidad

Los trastornos del espectro autista (TEA) y de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no son estáticos, no siempre están tan claros al inicio: pueden fluctuar, a veces los vemos y no los detectamos, ambos tienen un amplio solapamiento de características y no aparecen de manera espontánea a cierta edad, sino que dan señales desde la infancia. 

Estos fueron algunos de los puntos que la psicóloga Ana Laura Ramírez expuso durante la conferencia “TEA y TDHA: características clínicas concordantes y diferenciales”, en el marco del Octavo Simposio de Autismo, organizado por el ITESO, el DIF Guadalajara y el DIF Zapopan en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ. 

Ramírez es maestra en Diagnóstico y Rehabilitación Neuropsicológica por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y cuenta con una amplia experiencia en acompañamiento terapéutico de niñas, niños, adolescentes y adultos que tienen condiciones de neurodesarrollo. Actualmente tiene a su cargo la jefatura de Evaluación y Diagnósticos del Centro de Autismo del DIF Zapopan. 

Destacó que existen rasgos compartidos en ambas neurodivergencias, tales como inflexibilidad cognitiva, desregulación emocional, estereotipias motoras (movimientos repetitivos y sin propósito), disforia (sensibilidad a la percepción social), hipo o híper reactividad sensorial, hiperfocalización y lenguaje pragmático. No obstante, son muchos más los rasgos de cada una que deben considerarse para realizar una valoración precisa. 

“En el diagnóstico, muchas veces lo primero que vemos es la primera hipótesis con la que nos quedamos; sin embargo, hay muchas características a tomar en cuenta. Quien esté como responsable de acompañar a las familias debe tener un bagaje muy amplio de lo que pasa en el neurodesarrollo, no solamente de TDHA o del TEA. Hay que observar con mayor exactitud lo que está pasando con las otras áreas. Para el diagnóstico temprano —pero no exprés— es importante respetar el proceso de cada niña y niño, y esto no se hace en una consulta de media hora”, señaló Ramírez. 

El TEA, cuya condición principal expresa un desarrollo atípico en la comunicación social, la interacción y algunos procesos del pensamiento como conductas y lenguaje repetitivos, implica además retos en el inicio y el mantenimiento de las interacciones sociales, patrones estereotipados, intereses profundos, establecimiento de rutinas, preferencia por la sistematización y conductas anticipatorias. Por su parte, el TDAH, que se caracteriza por un patrón persistente de inatención y de hiperactividad o impulsividad, va aparejado con retos en la inhibición, olvidos y pérdidas constantes, la organización, tareas inconclusas, preferencia por la novedad, conducta impredecible y búsqueda de recompensas inmediatas. 

Uno de los aspectos que la psicóloga puso en claro desde el arranque de su conferencia fue determinar qué es el neurodesarrollo, entendido como un proceso a través del cual se crea, se desarrolla y se madura el sistema nervioso, lo que da lugar a funciones superiores y exclusivamente humanas, y que no depende del material genético de los padres, sino también de factores externos que pueden presentarse en las etapas prenatal y perinatal de los bebés. 

A partir de aquí definió cuáles son y cómo se manifiestan los trastornos del desarrollo, entendiendo el concepto de trastorno sólo como un término clínico: la palabra “trastorno” tiene que ver no con enfermedad, sino con el efecto de algo, que no necesariamente se cataloga como malo o bueno, sino como algo que está marcando una diferencia, por ejemplo, al observar “que hay un desarrollo atípico”. 

Consideró que es importante reconocer que estos trastornos son procesos fisiológicos, ya que el cerebro es muy complejo; no se trata sólo de identificar áreas especializadas como las zonas del lenguaje o de la motricidad, sino que el cerebro trabaja de manera holística y química, con múltiples informaciones cruzadas. 

El ITESO amplía sus alianzas 

Durante la apertura del simposio, la directora general académica del ITESO, Catalina Morfín, explicó que este evento es una oportunidad para ampliar la cooperación que tiene la universidad con los centros de autismo administrados por los DIF de Zapopan y Guadalajara, con quienes ha desarrollado, desde la parte académica, la elaboración de protocolos de atención, además de que estudiantes de la Licenciatura en Psicología realizan prácticas ahí. 

“El ITESO, en su calidad de universidad jesuita, tiene entre sus fundamentos tratar por todos los medios de cuidar a las personas: sus actividades sustantivas se guían por este principio, que es un elemento propio de la espiritualidad de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas […]. A partir del encuentro con el otro es que el ser humano descubre su dimensión ética y moral, que es buscar siempre el bien y la justicia. La relación con el otro incluye una relación de responsabilidad infinita hacia los demás. Nadie se salva solo”, declaró. 

En este acto también participaron el presidente municipal interino de Guadalajara, Francisco Ramírez Salcido; la presidenta municipal interina de Zapopan, Ana Isaura Amador Nieto; la directora del Patronato del Sistema DIF de Zapopan, Karla Segura Juárez, y la directora del Sistema DIF de Guadalajara, Diana Berenice Vargas Salomón. 

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