por Alejandro Carrillo Lázaro
“No hay fecha que no llegue y plazo que no se cumpla”, este dicho que forma parte de nuestro pensar ha contribuido a entender que los tiempos siempre nos terminan alcanzando o nosotros caminamos al encuentro con esa limitante. Con las elecciones del 2023 llega también el último año de la administración que llegó en el 2018 a cargo del eterno candidato Andrés Manuel López Obrador, pero no solo por eso son tan esperadas estas elecciones (Edo. de México y Coahuila), lo son porque apuntalan dos cosas, la primera es medir la intencionalidad del voto hacia una u otra propuesta (cabe recordar que la elección del 2024 será hasta este instante de solo dos frentes) y la segunda porque da el banderazo de salida rumbo a la elección presidencial que renueva todos los cargos federales.
¿Que nos han dejado las últimas elecciones intermedias de un proceso federal? El balance de la deficiencia de los partidos políticos en aras de representar de forma real a la ciudadanía. Si un gobierno fuera tan valioso para la ciudadanía, las preferencias electorales se ampliarían con respecto al número de ciudadanos que deciden votar. La definición de la partición ciudadana al final de cuentas es justamente la evaluación de las propuestas que se le presentan. Lo explico de otro modo, si la 4T fuera el gobierno que pregona y su propuesta fuera una consolidación del ejercicio de un gobierno que cumple y satisface las necesidades sociales, seguramente veríamos un vuelco ciudadano en los procesos electores intermedios en favor de esta plataforma política. De la misma forma sucedería con la oposición.
Qué vergüenza nos debería de dar, pues la última evaluación en campo real que nos presenta nuestro “reality democrático” nos dice que en el Estado de México y en el de Coahuila el gran ganador de la elección es la apatía ciudadana que no demuestra movilidad de intencionalidad de voto, porque podemos definir que para los Mexicanos al final de los finales todos son lo mismo, no hay ninguna 4t que defender, no hay ninguna oposición que catapultar. La política mexicana que hace negocio de la democracia y la usurpa a través de su principio de “mayoría relativa” ha quedado a deber a los mexicanos
en demasía y que mejor para la partidocracia que simplemente buscar convencer a los mexicanos que siempre votan y que solo esperan condiciones mediáticas (tiktok, escándalos, despensa, spots, etc.) para redirigir su voto.
Hoy después de 3 días de iniciada la fachada electorera para agradar al presidente de la república en torno a quien estará al frente de los comités en defensa de la cuarta transformación (para el pueblo que tratan como tonto) y quien será ungido como candidato a la presidencia de la república por el partido oficial, la estrategia es la misma, la misma que la oposición que hará lo mismo el próximo 26 de junio, buscar encontrar simpatías, no nuevas porque ya está claro que la gente no está contenta con el gobierno que tenemos y con los que le antecedieron, sino las mismas que cada proceso electoral se ven seducidas por el circo que este tipo de política configura.
México tiene urgencia de gobiernos, no de operadores políticos que condicionan su puesto de elección como avanzada partidista para procesos futuros.
Los apuntes que dejaron la elección pasada del primer domingo de Junio manifiestan el arranque del nuevo proceso electoral, no importa que la ley diga lo que diga, no importa que los tiempos de apuntalar imágenes no sean los reglamentarios, lo que importa es ganar para mantenerse, vivimos en un tiempo en que las máximas políticas del siglo pasado son más que manifiestas; no lo cree, revise las prerrogativas que obtendrán cada uno de los que participa en la encuesta de MORENA y en los espacios donde terminaran cada uno de los de la alianza mal llamada “opositora”, todos con espacio público garantizado ¿Cuál es la máxima? ” Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
Eppur si muove
La encuesta de Morena solo tiene un destino, no la gente, sino el presidente. Durante estos dos meses de “campaña, no campaña” del partido oficial hay que convencer al residente de palacio nacional de ser la mejor opción de todas, ¿para México? No, para seguir con el proceso que encabeza y no pretende dejar de encabezar AML
smr 12:10